VI Encuentro Académico Internacional en Egipto 2024 «Los Retratos de El Fayum» Paula Plaza Moreno

Real Academia Europea de Doctores. 2 al 9 de Marzo 2024. Egipto

INTRODUCCIÓN

Cuando el hombre siente la necesidad de dejar plasmada su huella en este mundo terrenal por su paso en la vida, es un impulso digno de considerar, aun así procurar que continúe existiendo después de la muerte, es un desafío grande y notorio. El modo de hacerlo puede variar y se han usado diferentes técnicas para reflejar una misma idea, la del inevitable transmitir en rituales funerarios, propios de sociedades sedentarias, tomados como signos distintivos de la vida transitoria del hombre. En este trabajo haremos un recorrido, tomando como modelo uno de los modos más utilizados para perpetuarse como es el retrato funerario, desde sus primeras manifestaciones las representaciones pictóricas del difunto, descubriremos cómo esta tradición fue utilizada más o menos por un periodo de 250 años.

LOS RETRATOS DE EL FAYUM

Una de las características de estos retratos es su individualidad, cada persona conserva sus diferencias anatómicas, al mirarlas poseen una seriedad y melancolía, nos lleva a una paz tranquilizadora. Los retratos están pintados del natural, el mismo difunto posaba en vida, los guardaran y después los incluían en los sarcófagos. Si los pintaron estando muertos, e muy probable que los pintores tuvieran una gran destreza, ya que es difícil semejar la viveza que presentan. Se colocaban en un lugar visible de la villa, con lo cual el fallecido permanecía «vivo» entre los habitantes de la casa. Casi todos los retratos, nos miran, en su mayoría participan de un estilo realista, aunque también están presentes las significaciones, las repeticiones o la fuerza de los rasgos. Es como si el encuentro de varias tradiciones, la egipcia, la griega y la romana, hubiese creado las condiciones adecuadas para que floreciera la representación pictórica del individuo.

Se conoce como una de las formas más antiguas de realizar culto a un individuo. Es por esto que podemos explicar que el origen del retrato se debe a una necesidad de singularizar e individualizar al ser humano, justificando esta acción debido al miedo a la muerte y al temor al olvido después de ésta. Nace así una necesidad de preservar el alma del individuo de una manera eterna. El retrato se convierte, de este modo, en el símbolo visual de la identidad del ser humano. El culto al individuo se forma dado a la necesidad de preservar el alma después de morir. Nace una creencia en la religión que expone una división entre el cuerpo y el alma. Tras la muerte, el cuerpo pasa a ser material y es el alma lo que transciende más allá del cadáver. Desde la cultura antigua vemos las primeras muestras de retrato que, cuyo objetivo, era captar el alma del ser. Es el miedo al olvido y a la disolución del individuo tras el fallecimiento. Esa última mirada retratada es la construcción de un deseo de supervivencia, ya que, este retrato construido era capaz de hacer sobrevivir de manera permanente la identidad y la memoria del sujeto. Por lo tanto, entendemos que el retrato, como un segundo cuerpo que representa el espíritu más allá de la parte material y que otorga sentido a la imagen del ser humano.

Los retratos de El-Fayum son el ejemplo de imágenes consideradas retrato en la historia del género. Pintadas por griegos egipcios, tenía como objetivo asociarse a la momia de la persona difunta en la carcasa del sepulcro. Eran retratos de identificación a la vez que retratos de recordatorio para los familiares. Totalmente descriptivos y trabajados los rasgos faciales, la configuración de estas imágenes sitúa a los sujetos singulares en la vida eterna, plasmando una imagen atemporal del individuo idealizando por completo el recuerdo de éste. Desde las primeras representaciones, se trabaja el retrato como una necesidad de individualizar al sujeto en su ámbito social. La interpretación de la individualidad de la esencia del ser va inevitablemente ligada a la jerarquización social del individuo, convirtiéndose así el retrato en una imagen-documento que permitía la identificación en el ámbito social de la comunidad. Influye, además, en esta etapa y de manera intensificada, los métodos funerarios de la época egipcia.

CONVIVIR CON ELLOS

Cuando Flinders Petrie encontró en las tumbas, se dio cuenta al observar los sarcófagos con los retratos eran guardados en los hogares por un tiempo, mientras se mantuviera vivo el recuerdo del difunto, ésto se podía alargar un par de generaciones. Los historiadores vieron que, aquellos retratos no solo era un recuerdo, además son una colección de rostros de un mundo lejano. De personas comunes como comerciantes, políticos, madres e hijas, hombres, mujeres y niños. Con descripciones de despedida, de amor y de dolor.

EL RETRATO MÁS ALLÁ DE LA MUERTE

Estos retratos, si elegimos uno de ellos, siendo una persona significativa para su entorno, para su familia, en el retrato de su rostro se puede reconocer, y así el difunto continua participando de los acontecimientos de la vida que le precede y acompaña, como si estuviera vivo. Esta tradición dura hasta bien centrado el reinado de Tiberio (14-37 d C). La Crisis del siglo III tuvo un declive en lo económico y una profusión del cristianismo, este tipo de retratos en el mundo romano, sugerían la continuidad con la eternidad. Siendo pinturas con un fin funerario más antiguas del mundo Occidental. Los retratos cubrían la zona del rostro de las momias, identificándolas.

A través de los retratos apreciamos los distintos peinados, las joyas que utilizaban las mujeres, las vestimentas al uso, y las coronas realizadas con laminas de oro, Pero lo más interesante por lo menos para mí, es la mirada intensa, silenciosa y profunda que penetra directamente en el alma, al igual que la seriedad de los rostros que configuran una sobriedad y respeto indudable.

LUGAR DONDE SE ENCONTRARON LOS RETRATOS

En la provincia romana de Egipto, El-Fayun se encontró una necrópolis situada en una llanura a sesenta kilómetros al sur de El Cairo, Hawara. El primer ejemplar de retrato funerario pintado en tabla del que se tienen noticias fue descubierto en estas tumbas, en 1615, por el viajero Pietro della Valle y a finales del siglo XIX, cuando Flinders Petrie excavaba en ese lugar, los retratos circulaban ya por diversos países europeos y Estados Unidos.

La alta sequedad del desierto junto a los productos utilizados en el proceso de momificación ayudó la madera a resistir ataques microbiológicos. A nivel pictórico, fue crucial el uso de materiales y técnicas estables, siendo los artistas helenistas que trabajaron en los alrededores del delta del Nilo herederos de los conocimientos sobre pintura griega.

Realizadas sobre tablas estucadas, presentan principalmente dos técnicas: la encáustica y el temple al huevo. En los retratos se aprecian las huellas de los pinceles; la calidad transparente de los tonos

deja ver a través de la cera tonalidades superpuestas. También, se aprecian largos trazos como de brocha en las telas del ropaje.

EL USO DE LA ENCÁUSTICA

El principal componente de la encáustica es la cera de abeja, en Egipto la cera tenía un papel fundamental sobre todo en la momificación, otro de los usos, era cubrir el soporte de las tablillas de madera en las que se realizaban los retratos, por su naturaleza funeraria no estaba exenta del sentimiento de pérdida y duelo, de un ser querido, dejando un vacío difícil de aminorar.

En la sociedad Egipcia tenía la capacidad de planear e invertían gran cantidad de tiempo en reflexionar acerca de la muerte. Por eso las técnicas utilizadas debían de tener durabilidad en el tiempo, así como la encáustica y el temple. Plinio el Viejo, la nombra en sus tratados.

La encáustica es unas de esas técnicas que fascinará al ser humano por su simplicidad, rapidez y durabilidad. la riqueza de detalles y de los colores, en esas obras. Con la cera aplicada en caliente se consigue mucha opacidad, pero ciertamente es muy difícil controlar y trabajar detalles finos.

Los Materiales para la encáustica son:Resina de Damar, purificada y machacada un 85%. (Se utiliza para endurecer la cera de abeja)Cera de abejas, 15%. y por último el Pigmento de color, que e aplica en función de la transparencia deseada.

HABLEMOS DEL RETRATO DE IRENE

Las cabezas de las momias estaban tan sólo cubiertas por tablas pintadas con la efigie del difunto. Los primeros retratos eran naturalistas, el modelado y las sombras cuidados. Los retratos fueron realizados en vida del modelo, pero la finalidad no se alcanzaba en este mundo, sino después de la muerte, en otro lugar. El mismo retrato pese a la ilusión de vida que pudieran suscitar, estaba destinado al mundo funerario, guardaba para la eternidad la imagen del difunto en el esplendor de su vida. Algunos detalles, en efecto, como una corona de laurel pintada con pan de oro, aluden al mundo de los muertos, en el que es sin duda uno de los retratos más hermoso conservado, el retrato de Irene, pintado en el siglo primero, y conservado en el Museo de Stuttgart. Irene gira un poco la cabeza y mira al espectador. Los ojos están bien abiertos; Se ha comentado que esta mirada fija se dirige desde el más allá hacia los vivientes, para asegurarlos de su salvación y que no temieran cruzar el umbral del mundo de los muertos. Los retratos del Fayum ofrecieron un modelo plástico convincente para destacar la humanidad de la divinidad. La mirada de los retratos del Fayum, interpretada por la pintura bizantina, sirvió para representar la complejidad humana, su temor ante la muerte y su arrogancia ante ella.

HABLEMOS DEL RETRATO DE ANTINOE, APODADA «LA EUROPEA»

A esta joven llamada Antinoe, se le puso el apodo de La Europea, por su piel pálida y rosada. Su vestido va desde el color amarillo al púrpura, los pliegues de la ropa, se repujaron con un pincel duro para poder rayar y levantar la pintura produciendo los brillos. Además lleva joyas lujosas y un broche bastante grande, Los pendientes con perlas y esmeraldas. Estaba peinada como en la época de Tiberio, el cabello ha sido trabajado con un pincel fino, marcando desde la frente y a favor del peinado hacia detrás en la frente y los toques de color negro dando un efecto de mechas. La piel está compuesta por tres pigmentos de la gama de los colores rojos, llamado hematites, otro el ocre rojo, y el último pigmento en tonos de color amarillo, como óxido de hierro, el ocre amarillo y un sulfato de hierro, muy ligeramente mezclados con el blanco de cerusa veneciana, y el negro de carbono. La mezcla de estos pigmentos hacen que Antíone posea una gran gama de matices produciendo el juego de luz sobre los pómulos y la frente, las sombras de la nariz y la boca.

Este retrato fué sometido a varias pruebas de laboratorio, ya que el tablero llegó carcomido por insectos. Antione, fue recubierta primero con pigmentos negros orgánicos, hollín, mezclados sin duda con una cola para piel, el principal aglutinante de los pigmentos es la cera de abeja, que es la técnica de la encáustica.

LAS MIRADAS

Uno de los elementos más fascinantes de los retratos de El-Fayum son sin duda los ojos y sobre todo la mirada. La manera en que han sido pintados ha creado una ilusión de profundidad y emoción que trasciende el tiempo. La mirada destaca fundamentalmente desde sus orígenes, como cuando decimos que “los ojos son el reflejo del alma”. Para los griegos vivir “no era, como para nosotros, respirar, sino ver, y morir era perder la vista. Nosotros decimos “su último suspiro”, pero ellos decían “su última mirada”. Entender la muerte como no ver más o perder la vista, hace que entendamos las representaciones de los difuntos con los ojos abiertos, y no cerrados, como triunfo de vida sobre la muerte, es decir: la presencia viva de la persona y la supervivencia.

Científicos y artistas han estudiado estos ojos para comprender las técnicas específicas que otorgan
tal realismo. La inclusión de sombras y el uso habilidoso de la luz, la verdadera expresión de vida, la idea de lo individual, de la expresión psicológica de estos rostros que han superado al tiempo y se nos muestran sin idealización, con una mirada hacia el espectador perfectamente moderna en su comunicación.

LAS CORONAS Y DIADEMAS

Las coronas o diademas que podemos observar en los retratos, es uno de los elementos que provocan el pensamiento de riqueza, de alta postura en la sociedad, son los adornos más abundantes. La corona abierta, un adorno, cuyos límites se encuentran en el interior de la cabeza. También podemos ver las tiras de tejido que adornaban o sujetaban partes del peinado; asociándolas a personas de la familia real, a sacerdotisas o a «una privada de alta consideración social»

Así pues, con ‘corona’, ‘diadema’ llevados sobre la cabeza que aparecen en los retratos; aparte quedan los componentes que singularmente se conocen como acus crinalis: agujas, alfileres, horquillas.

CONCLUSIÓN

Hemos podido constatar, como las formas, el estilo, la técnica de los retratos de El-Fayum, representan retratos realizados del natural, o naturalistas, y sobre todo son espirituales transcendiendo el alma de los difuntos.

Contienen pinceladas sueltas, y se presentan los rostros de forma frontal por una necesidad de reconocimiendo, en algunos casos puestos ligeramente en tres-cuartos. Las miradas en lugar dedirigirse al frente, se dirige hacia un lado, escapando a la contemplación del espectador, con una seguridad complaciente causada por el destino del difunto al que ahora observa. El dibujo es libre, sin reglas ni leyes estilísticas, responde únicamente a la función de ser fiel a la imagen del rostro del difunto, pero simulando que estaba vivo: los trazos son sueltos y resolutivos, buscando la expresión máxima de la línea o de la pincelada. En los retratos se trabaja el volumen de la cabeza, intentando con el claro-oscuro, tener una profundidad en la pintura para introducirla en el sarcófago, o en la momia donde van a estar sujeta, delante justo de la cabeza del difunto.

La representación de los ojos suelen ser de formas almendradas, con una mirada profunda, nos permiten tener la sensación de estar viendo a una persona viva, una mirada que fascina, porque vemos algo a través de un velo que vuelve todo misterio, sensualidad, erotismo estético, curiosidad y lo más doloroso: insatisfacción de nuestro deseo por conocer, por estar en otro tiempo y lugar, distintos al de esas personas.

Los retratos de El-Fayum, cada uno es único y en su singularidad. Se hicieron para ser enterrados, para acompañar al difunto en su viaje al más allá, un viaje que tal vez con el paso del tiempo quedó difuminado como necesidad espiritual para convertirse en tradición por el peso de la historia.

POEMA PARA ANTIONE DE //ELISEO DIEGO//

Inquieta, inmóvil, suave, suplicante,

tú nos estás mirando en tus ojos rasgados.

Tú eres su asombro, su color, su forma de almendra,

tú nos estás mirando en tus ojos rasgados.

¿Qué viste, di, sin verlo, no más hace un segundo,

entre el ir y venir de tu madre y la esclava?

¿Qué viste, sin saberlo, justo antes de mirar al pintor

 y a través de sus ojos mirar desde la tabla?

 ¡Un resquicio tan pequeño del tiempo, apenas

el ansia de un moscardón o el grito de un pájaro,

y ya, la fuente se ha secado!

El patio todo se arrugó como una flor, voló en minucias,

y tú no te dás cuenta, mira y mira, muchacha suplicante.

Ya es inútil volver, ya no te esperan,

se acabó el circo, la ciudad, fría la cena,

ya es inútil volver: te atrapó el Arte.

BIBLIOGRAFÍA

1.- María Barrón de Paula «La desidealiación del retrato» Facultad de bellas artes de Sant Carlos

2.- Hendrik Zwietasch. “Típicos retratos”. Una historia del rostro en quince retratos, una exposición digital de la Fundación Juan March. Landesmuseum Württemberg,

3.- Petrie Flinders “Retratos romanos y Memphis IV”

4.- L. Baqué Manzano “Los retratos del Fayum: La mirada del pasado.

5.- A.M. Martino “Viaje al Más Alla” a través de la iconografía de los retratos funerarios del Fayum.

6.- Frederic P.Miller “Retratos y Momias de Fayum”

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