SUZANNE VALADON (1865-1938) Pintora francesa

Traducción en Inglés, Francés y Aleman en los comentarios.
Ésta ilustración realizada por Paula Plaza, pertenece a la imagen de Suzanne Valadon El triple salto mortal de Suzanne Valadon De niña le gustaba ser trapecista. Fue pintora famosa y madre del genio Maurice Utrillo. Conoció a Toulouse-Lautrec, Renoir, Degas ...: Ésta ilustración realizada por Paula Plaza, pertenece a la imagen de Suzanne Valadon
El triple salto mortal de Suzanne Valadon
De niña le gustaba ser trapecista. Fue pintora famosa y madre del genio Maurice Utrillo. Conoció a Toulouse-Lautrec, Renoir, Degas …: «Eran todos unos idiotas, pero es curioso, nunca dejo de pensar en ellos», contó sobre los viejos tiempos
La pintora Suzanne Valadon tenía de su origen más de diez versiones distintas. Presumía de haber nacido mientras su padre estaba en la cárcel por ideas políticas o por fabricar moneda falsa, según le daba. Unas veces decía que era hija de un castellano riquísimo, otras que había sido abandonada y alguien la encontró en una cesta de ropa. Lo único cierto, según el registro civil, es que nació el 23 de septiembre de 1865, en Bessines-sur-Gartempe, un pueblo de Limosin, y su madre Madelaine era una costurera de la casa Guimbaud, que no supo decir quién, entre todos los que pasaron por encima de ella, la había embarazado.
A los 14 años la niña se fugó a París y su madre la buscó hasta encontrarla por Montmartre como una perra perdida, que sobrevivía robando fruta y botellas de leche de las paradas. Entonces todavía se llamaba Marie-Clémentine, nombre con que fue bautizada.
En 1936 aún recibía a los amigos a los gritos de viva el amor, pero lentamente su vida sin Utter y sin su hijo ya no tenía sentido
Tenía una bonita figura, un cuerpo maduro que a los diez parecía de quince años. Aprendió las primeras cosas de la vida gracias a un amigo que la colaba por la tarde en el Cabaret de los Asesinos, en Pigalle, donde los cantantes ensalzaban al amor ante un público de anarquistas. Un día fue abordada en la calle por un atleta moreno, de bigotito engomado, que trabajaba en un circo. «Oye, niña, ¿no te gustaría ser artista?» -le dijo-. Si aceptaba ser acróbata la vestirían de gasas y lentejuelas y le enseñarían a cabalgar de pie sobre un caballo arreado con un látigo. La chica aceptó. Así la vio trabajar Toulouse- Lautrec en el circo Mollier. Le gustaba todo lo que proporcionaba este oficio, la gente, las luces, los aplausos, los amigos con los que mataba la noche en la taberna con dinero de bolsillo al amparo de una cazalla. Por el circo pasaban los pintores Degas, Renoir, Puvis de Chavannes y otros artistas que la dibujaban sus senos de manzana desbridados sobre el corsé.
Marie-Clémentine quiso ir más allá. Le gustaba ser trapecista. Un día sin estar preparada subió al mástil, empuñó las anillas y al realizar un salto mortal cayó en la pista del circo y quedó medio descalabrada. No tardó en reponerse y entonces una amiga le dijo: «Con lo guapa que eres, ¿por qué no te haces modelo?». Le presentaron al pintor Puvis de Chavannes, un simbolista que pintaba ninfas, apolos y minervas floreadas. Fue aceptada. Por su parte la joven también dibujaba, pero esa era su pasión secreta. Aprendía de otros pintores, para los que posaba ante los celos de su protector. Renoir la había pintado con la frente abombada, secándose el pelo, bailando con sombrero de flores; Toulouse- Lautrec la había dibujado sentada, la mano en el mentón frente a una botella y un vaso, la boca amarga, los ojos turbios; Degas la había inmortalizado atándose la zapatilla de ballet, pero de todos ellos, ¿quién la había embarazado? Se daba por descontado que había sido Puvis de Chavannes, su enamorado protector, un viejo del que todo el mundo en Montmartre se burlaba, porque la niña cuando dio a luz sólo tenía 16 años. El padre también pudo ser Renoir, un hombre sensual que pintaba mujeres muy carnales. Quien quiera que fuera el responsable, la historia se repetía. Un padre desconocido había embarazado a una costurera de Limosin, la cual parió a una pintora que se llamaría Suzanne Valadon. A su vez esta pintora, fruto también de un amante desconocido, parió a un hijo que el mundo conocería con el nombre de Maurice Utrillo. Fue el 26 de diciembre de 1883. «Un mal regalo de Navidad que le hice a mi madre aquel día» -dijo el pintor borracho perdido 20 años después-.
Entre todos sus amantes fue Toulouse- Lautrec quien la llevó más lejos. Él era aristócrata y minusválido; ella era pobre, sensual y generosa y sólo podía ofrecerle su desesperación, pero los dos amaban la bohemia sobre todas las cosas. Cuando regresaba de las sesiones de modelo o de tomarse un pan rociado con vino tinto en la Posada del Clavo donde tocaba el piano su amigo Erik Satie, la chica se encontraba en la puerta de casa un ramo de flores de Lautrec con una nota: «Vale para unos vasos de vitriolo». Un día el pintor descubrió los óleos y dibujos que la chica realizaba de noche en secreto. Quedó fascinado por su fuerza expresiva, por su realismo. Los mostró a los amigos. «¿A ver si sabéis de quién son?». Eran de aquella jovencita. Entonces Lautrec le quiso cambiar de nombre. Nunca podría ser una buena pintora llamándose Marie-Clémentine. Puesto que posaba desnuda para viejos, le propuso el nombre de Suzanne. Después de bautizarla con ajenjo en medio de una gran fiesta, en adelante se llamaría Suzanne Valadon. A ese sarao de beodos asistió un tipo silencioso que no se movió de un rincón. Llevaba una tela bajo el brazo y como nadie se dignó dirigirle la palabra, se esfumó sin despedirse. Era Vincent van Gogh.
Mientras Suzanne Valadon comenzaba a ser admirada como artista, su hijo Maurice todavía sin apellido estaba al cuidado de la abuela y ya era un alcohólico violento a los doce años. «Los lobos no pueden parir corderos» -pensaba la madre-. En ese tiempo Suzanne tenía como amante a un joven abogado, muy rico, llamado Mussis, que la forzaba a llevar una vida burguesa, pero no quiso hacerse cargo de aquella criatura tan problemática. Fue un antiguo admirador, Miguel Utrillo y Molins, un periodista español, quien se avino por compasión a darle su apellido al muchacho para ver si se calmaba y el 27 de febrero de 1891 en la alcaldía del distrito noveno de París firmó en el registro el reconocimiento de la paternidad, siendo testigos un empleado y un camarero que pasaba por allí. A partir de ese momento comenzó la leyenda de Maurice Utrillo, que sería la gloria y el tormento de su madre.
Suzanne Valadon no soportaba vivir en una casa de campo rodeada de comodidades. Pronto abandonó a su amante ricachón y volvió a la bohemia de Montmartre con sus amigos. Traía dos perros lobos, un gato famélico que había encontrado por el camino, una cabra, incluso traía también una pequeña cierva que en el último momento había arrebatado del cuchillo del matarife, aparte de telas, bastidores, tarros y botellas; con todo este lastre se volvió a instalar en la calle Cortot. Allí Suzanne pintaba mientras la abuela guisaba y su hijo Maurice entraba y salía de los centros de desintoxicación y lentamente se convertía en un artista callejero que pintaba souvenirs de Montmartre rodeado de curiosos a cambio de una botella de vino.
Cuando ya Suzanne Valadon era una pintora consagrada, una postimpresionista con la estética de los nabis, su hijo le trajo a un joven amigo a casa, también pintor, un tal Utter. Suzanne lo hizo su amante. Vivieron juntos de forma convulsa hasta que la bohemia que ella llevaba en la sangre lo rodeó de una atmósfera irrespirable. En 1936 ella aún recibía a los amigos en la plaza de Tertre a los gritos de viva el amor, pero lentamente su vida sin Utter y sin su hijo Maurice, que había desaparecido, ya no tenía sentido. Sus amigos la encontraban con las zapatillas rotas, los mechones blancos desgreñados, y cuando le preguntaban si recordaba los viejos tiempos con los pintores Lautrec, Renoir, Degas, Puvis de Chavannes, ella respondía: «Eran todos unos idiotas, pero es curioso, nunca dejo de pensar en ellos». Suzanne Valadon murió de una hemorragia cerebral a los 72 años, el 7 de abril de 1938 en la ambulancia que la conducía a la clínica. Aquella niña trapecista había dado el triple salto mortal: ser una pintora famosa con precios millonarios, parir a un genio y pasar juntos los dos a la historia.
Fuente: Manuel Vicent . elpais.com

4 comentarios en “SUZANNE VALADON (1865-1938) Pintora francesa

  1. INGLÉSThis illustration by Paula Plaza, belongs to the image of Suzanne Valadon
    The triple somersault of Suzanne Valadon
    As a child he liked to be a trapeze artist. It was famous genius painter and mother of Maurice Utrillo. He met Toulouse-Lautrec, Renoir, Degas … «They were all idiots, but it’s funny, I never stop thinking about them,» he told about old times
    The painter Suzanne Valadon had its origin more than ten different versions. He presumed to have been born while his father was in jail for political or for making counterfeit money, as he did. Sometimes he said that the daughter of a rich Castilian, others had been abandoned and someone found in a clothes basket. The only certainty, according to the registrar, is born on September 23, 1865, in Bessines-sur-Gartempe, a village in Limousin, Madelaine and her mother was a seamstress Guimbaud house, could not say who among All that pass above it, her pregnant.
    At 14, the girl fled to Paris and her mother sought to find Montmartre like a lost dog, who survived by stealing fruit and milk bottles stops. Then still she called Marie-Clémentine, the name that was baptized.
    In 1936 still he received friends to the cries of love alive, but slowly your life without Utter without your child no longer made sense
    Had a nice figure, a mature body seemed ten fifteen. He learned the first things of life thanks to a friend who slipped through the afternoon in the Murderers Cabaret in Pigalle, where singers extolling love to an audience of anarchists. One day he was approached in the street by a swarthy athlete, gummed mustache, who worked in a circus. «Hey, girl, do not you like to be an artist?» She said. If agreed to be the acrobat would dress of sequins and chiffon and teach him to ride a horse standing on herded with a whip. The girl agreed. So I was working in the circus Toulouse-Lautrec Mollier. He liked everything provided this office, people, lights, the applause, the friends he killed the night in the tavern with pocket money under a cazalla. For the circus went by Degas, Renoir, Puvis de Chavannes and other artists who drew their breasts apple debrided on the corset painters.
    Marie-Clémentine wanted to go further. He liked to be a trapeze artist. A day without being prepared up to the mast it, grasped the ring and perform a somersault fell into the circus and was half descalabrada. He soon recover and then a friend told him: «With how beautiful you are, why do not you become a model?». They presented the painter Puvis de Chavannes, a symbolist who painted nymphs, Apollos and flowery Minervas. It was accepted. Meanwhile the young also drew, but that was his secret passion. He is learning from other painters, for which rested against the jealousy of her protector. Renoir had painted with bulging forehead, drying her hair, dancing with flowered hat; Toulouse-Lautrec had drawn sitting, hand on chin in front of a bottle and a glass, bitter mouth, eyes bleary; Degas had immortalized tying the shoe ballet, but all of them, who had pregnant? It was taken for granted that was Puvis de Chavannes, its protective love, an old of everyone in Montmartre he mocked, because the girl when she gave birth only 16 years old. The father could also be Renoir, a sensual man who painted very carnal women. Whoever was responsible, history repeated itself. An unknown father had impregnated a seamstress Limosin, which bore a painter Suzanne Valadon be called. In turn, this painter, also the result of an unknown lover, gave birth to a child that the world would know by the name of Maurice Utrillo. It was December 26, 1883. «A bad Christmas gift I made to my mother that day,» said the drunk painter lost 20 years later.
    Among her lovers was Toulouse-Lautrec who took further. He was an aristocrat and disabled; she was poor, sensual and generous and could only offer his despair, but both bohemian loved above all things. When he is returning from the session model or take a pan sprayed with red wine at the Posada del Clavo where he played the piano his friend Erik Satie, the girl was on the doorstep a bouquet of flowers with a note Lautrec » Okay for a few glasses of vitriol. » One day the artist’s oil paintings and drawings discovered that the girl carried out at night in secret. He was fascinated by its expressive power, for its realism. He showed it to friends. «To see if you know who they are?». They were of that young girl. Then Lautrec wanted to rename. I could never be a good painter Marie-Clémentine calling. Since posed nude for old, he proposed the name of Suzanne. After baptize with wormwood amid a big party, henceforth be called Suzanne Valadon. In this drunken soiree she attended a silent guy who did not move from a corner. He wore a cloth under his arm and nobody deigned to speak to him, he vanished without saying goodbye. It was Vincent van Gogh.
    While Suzanne Valadon began to be admired as an artist, his son Maurice was still without name care and grandmother was an alcoholic and violent at age twelve. «Wolves can not give birth to lambs», thought the mother. At that time Suzanne had a lover to a young lawyer, rich, called Mussis, which forced her to lead a bourgeois life, but he would take care of that child as problematic. It was an old admirer, Miguel Utrillo and Molins, a Spanish journalist, who consented compassion to give his name to the boy to see if it calmed and February 27, 1891 in the hall of the ninth district of Paris signed in the registry acknowledgment of paternity, witnessing an employee and a waiter who walked by. From that moment began the legend of Maurice Utrillo, who would be the glory and torment of his mother.
    Suzanne Valadon not bear to live in a country house surrounded by amenities. He soon abandoned his moneybags lover and returned to the bohemian Montmartre with friends. Brought two wolfhounds, a starving cat had found the path, a goat, even brought in a small doe that at the last moment had taken butcher knife, other than fabrics, racks, jars and bottles; with all this ballast was reinstalled in the street Cortot. There Suzanne painted while grandma was cooking and her son Maurice in and out of detox centers and slowly became a street artist who painted souvenirs of Montmartre surrounded by curious in exchange for a bottle of wine.
    When Suzanne Valadon was already an established painter, one post-impressionist with the aesthetics of the Nabis, his son brought a young friend home, also a painter, a certain Utter. Suzanne did her lover. They lived together in a bohemian turbulent until she was in her blood surrounded him an unbreathable atmosphere. In 1936 she was still receiving friends at the Place du Tertre to the cries of love alive, but slowly your life without Utter without his son Maurice, who had disappeared, no longer made sense. Her friends were with broken shoes, the white locks disheveled, and when asked if he remembered the old days with Lautrec, Renoir, Degas, Puvis de Chavannes painters, she responded: «They were all idiots, but it’s funny, never I keep thinking about them. » Suzanne Valadon died of a cerebral hemorrhage at age 72, on April 7, 1938 in the ambulance that drove to the clinic. That trapeze girl had given the triple somersault: be a famous painter with prices millionaires, give birth to a genius and the two spend together the story.
    Source: Manuel Vicent. elpais.com

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  2. FRANCÉS:
    Cette illustration par Paula Plaza, appartient à l’image de Suzanne Valadon
    Le triple saut périlleux de Suzanne Valadon
    Comme un enfant, il aimait être un trapéziste. Il était célèbre peintre de génie et mère de Maurice Utrillo. Il a rencontré Toulouse-Lautrec, Renoir, Degas … «Ils étaient tous des idiots, mais il est drôle, je ne cesse de penser à eux,» at-il dit à propos de vieux temps
    Le peintre Suzanne Valadon a eu son origine de plus de dix versions différentes. Il présumé avoir été né alors que son père était en prison pour des raisons politiques ou pour la fabrication de fausse monnaie, comme il le faisait. Parfois, il a dit que la fille d’un riche castillan, d’autres avait été abandonnée et que quelqu’un trouvé dans un panier à linge. La seule certitude, selon le registraire, est né le 23 Septembre 1865, à Bessines-sur-Gartempe, un village dans le Limousin, Madelaine et sa mère était une couturière maison Guimbaud, ne pouvait pas dire qui, parmi Tout ce qui passe au-dessus, elle est enceinte.
    A 14 ans, la jeune fille a fui à Paris et sa mère a cherché à trouver Montmartre comme un chien perdu, qui a survécu en volant bouteilles de fruits et de lait arrêts. Puis encore elle a appelé Marie-Clémentine, le nom qui a été baptisé.
    En 1936 encore, il a reçu des amis pour les cris d’amour vivant, mais lentement votre vie sans Utter sans votre enfant ne fait plus sens
    Eu une belle figure, un corps semblait mûre 1015. Il a appris les premières choses de la vie grâce à un ami qui a glissé à travers l’après-midi dans le meurtriers Cabaret à Pigalle, où les chanteurs prônant l’amour à un public d’anarchistes. Un jour, il a été approché dans la rue par un athlète basané, moustaches gommé, qui a travaillé dans un cirque. «Hey, fille, ne vous aime pas à être un artiste?» Elle a dit. Si accepté d’être l’acrobate serait habiller de paillettes et mousseline de soie et de lui apprendre à monter à cheval debout sur parqués avec un fouet. La jeune fille a accepté. Donc, je travaillais dans le cirque Toulouse-Lautrec Mollier. Il aimait tout ce que prévoient ce bureau, les gens, les lumières, les applaudissements, les amis qu’il a tué la nuit à la taverne avec l’argent de poche sous un cazalla. Pour le cirque est allé de Degas, Renoir, Puvis de Chavannes et d’autres artistes qui ont puisé leur seins pomme débridé sur les peintres de corset.
    Marie-Clémentine voulait aller plus loin. Il aimait être un trapéziste. Une journée sans y être préparé à le mât il, saisi l’anneau et d’effectuer un saut périlleux tombé dans le cirque et était à moitié descalabrada. Il a bientôt récupérer et puis un ami lui a dit: «Avec combien vous êtes belle, pourquoi ne pas devenir un modèle». Ils ont présenté le peintre Puvis de Chavannes, symboliste qui a peint nymphes, Apollos et fleuri Minervas. Il a été accepté. Pendant ce temps, le jeune a également attiré, mais qui était sa passion secrète. Il apprend d’autres peintres, pour lesquels reposait contre la jalousie de son protecteur. Renoir avait peint avec front bombé, essuyant ses cheveux, de la danse avec un chapeau fleuri; Toulouse-Lautrec a attiré séance, main sur le menton en face d’une bouteille et un verre, la bouche amère, les yeux larmoyants; Degas avait immortalisé lier le ballet de chaussure, mais chacun d’entre eux, qui avaient enceinte? Il a été pris pour acquis qui était Puvis de Chavannes, son amour protecteur, un vieux de tous à Montmartre il se moquait, parce que la fille quand elle a donné naissance seulement 16 ans. Le père pourrait également être Renoir, un homme sensuel qui a peint les femmes très charnels. Celui qui était responsable, l’histoire se répète. Un père inconnu avait imprégné une couturière Limosin, qui portait un peintre Suzanne Valadon être appelé. À son tour, ce peintre, aussi le résultat d’un amant inconnu, a donné naissance à un enfant que le monde connaîtrait sous le nom de Maurice Utrillo. Il était de 26 Décembre 1883. «Un cadeau de Noël mauvaise que je fis à ma mère ce jour-là», dit le peintre ivre a perdu 20 ans plus tard.
    Parmi ses amants était Toulouse-Lautrec qui a pris plus loin. Il était un aristocrate et les handicapés; elle était pauvre, sensuel et généreux et ne pouvait offrir son désespoir, mais les deux bohème aimait par-dessus toutes choses. Quand il est de retour à partir du modèle de la session ou de prendre une casserole pulvérisé avec du vin rouge à la Posada del Clavo où il jouait du piano son ami Erik Satie, la jeune fille était sur le seuil d’un bouquet de fleurs avec une note Lautrec » Correct pour quelques verres de vitriol «. Un jour, les peintures et dessins de pétrole de l’artiste ont découvert que la jeune fille réalisée dans la nuit en secret. Il était fasciné par sa puissance expressive, pour son réalisme. Il a montré à des amis. «Pour voir si vous savez qui ils sont?». Ils étaient de cette jeune fille. Puis Lautrec voulait renommer. Je ne pourrais jamais être un bon peintre Marie-Clémentine appel. Depuis posé nue pour le vieux, il a proposé le nom de Suzanne. Après baptisera absinthe au milieu d’une grande fête, dorénavant appelé Suzanne Valadon. En cette soirée d’ivresse elle a assisté à un gars silencieux qui ne bougeait pas d’un coin. Il portait un chiffon sous le bras et personne ne daignait lui parler, il disparut sans dire au revoir. Il était Vincent van Gogh.
    Alors que Suzanne Valadon a commencé à être admiré comme un artiste, son fils Maurice était encore sans nom soin et grand-mère était alcoolique et violent à douze ans. «Les loups peuvent pas donner naissance à des agneaux», pensé la mère. A cette époque, Suzanne avait un amant à un jeune avocat, riche, appelé Mussis, qui l’a forcée à mener une vie bourgeoise, mais qu’il prendrait soin de cet enfant comme problématique. Il était un vieil admirateur, Miguel Utrillo et de Molins, un journaliste espagnol, qui a consenti la compassion de donner son nom à l’enfant pour voir si elle se calma et 27 Février 1891 à la salle du neuvième arrondissement de Paris a signé dans le Registre reconnaissance de paternité, témoin d’un employé et un garçon qui marchait. Dès ce moment commence la légende de Maurice Utrillo, qui serait la gloire et le tourment de sa mère.
    Suzanne Valadon pas supporter de vivre dans une maison de campagne entouré de commodités. Il abandonna bientôt son amant de sacs d’argent et renvoyé à la bohème de Montmartre avec des amis. Apporté deux chiens-loups, un chat affamé avaient trouvé le chemin, une chèvre, même apporté dans une petite biche qui au dernier moment avait pris couteau de boucher, autres que les tissus, les étagères, pots et bouteilles; avec tout ce ballast a été réinstallé dans la rue Cortot. Il peint alors mamie Suzanne faisait cuire et son fils Maurice dans et hors de centres de désintoxication et est lentement devenu un artiste de rue qui a peint des souvenirs de Montmartre entourés de curieux en échange d’une bouteille de vin.
    Lorsque Suzanne Valadon était déjà un peintre établi, un post-impressionniste avec l’esthétique des Nabis, son fils a un jeune ami à la maison, aussi un peintre, un certain Utter. Suzanne a fait son amant. Ils ont vécu ensemble dans un turbulent bohème jusqu’à ce qu’elle était dans son sang l’entourait une atmosphère irrespirable. En 1936, elle recevait encore des amis à la Place du Tertre aux cris d’amour vivant, mais lentement votre vie sans Utter sans son fils Maurice, qui avait disparu, le sens ne se fait plus. Ses amis étaient avec des chaussures cassées, les cheveux blancs ébouriffés, et lorsqu’on lui a demandé si il se rappela les vieux jours avec Lautrec, Renoir, Degas, peintres Puvis de Chavannes, elle a répondu: «Ils étaient tous des idiots, mais il est drôle, jamais Je continue à penser à leur sujet. » Suzanne Valadon est mort d’une hémorragie cérébrale à l’âge de 72 ans, le 7 Avril 1938 à l’ambulance qui a conduit à la clinique. Ce trapèze fille avait donné le triple saut périlleux: être un peintre célèbre avec des prix millionnaires, donner naissance à un génie et les deux passer ensemble l’histoire.
    Source: Manuel Vicent. elpais.com

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  3. ALEMÁN:Diese Illustration von Paula Plaza, gehört zu dem Bild von Suzanne Valadon
    Die dreifachen Salto von Suzanne Valadon
    Als Kind war er gern ein Trapezkünstler zu sein. Es war berühmte Genies Maler und Mutter von Maurice Utrillo. Er traf sich Toulouse-Lautrec, Renoir, Degas … «Sie waren alle Idioten, aber es ist lustig, ich habe nie aufhören, über sie», über alte Zeiten, sagte er
    Die Malerin Suzanne Valadon hatte seinen Ursprung mehr als zehn verschiedene Versionen. Er vermutet, geboren worden zu sein, während sein Vater war im Gefängnis für politische oder für die Herstellung von Falschgeld, wie er es tat. Manchmal sagte er, dass die Tochter eines reichen kastilischen, andere aufgegeben worden, und jemand in einem Wäschekorb gefunden. Die einzige Gewissheit, nach dem Registrar, auf 23. September 1865 geboren, in Bessines-sur-Gartempe, einem Dorf im Limousin, Madelaine und ihre Mutter war eine Näherin Guimbaud Haus, konnte nicht sagen, wer unter Alles, was über ihm passieren, ihren schwangeren.
    Mit 14 Jahren flüchtete das Mädchen nach Paris und ihre Mutter versucht, Montmartre wie ein verlorener Hund, der durch Diebstahl Obst und Milchflaschen Anschläge überlebt zu finden. Dann noch rief Marie-Clémentine, den Namen, getauft wurde.
    Im Jahr 1936 erhielt er noch Freunde auf die Schreie der Liebe am Leben, aber langsam Ihr Leben ohne Utter ohne Ihr Kind nicht mehr sinnvoll
    Hatte eine schöne Figur, ein reifer Körper schien 1015. Er lernte die ersten Dinge des Lebens durch einen Freund, der durch den Nachmittag in der Mörder Kabarett in Pigalle rutschte, wo Sänger preisen Liebe vor einem Publikum von Anarchisten. Eines Tages wurde er in der Straße von einem dunkelhäutigen Athleten, gummiert Schnurrbart, der in einem Zirkus gearbeitet fahren. «Hey, Mädchen, magst du nicht, ein Künstler zu sein?», Sagte sie. Wenn vereinbart, werden der Akrobat würde von Pailletten und Chiffon kleiden und ihn lehren, ein Pferd, das auf mit einer Peitsche getrieben zu reiten. Das Mädchen vereinbart. So war ich im Zirkus Toulouse-Lautrec Mollier arbeiten. Er mochte alles, was vorgesehen ist dieses Büro, Menschen, Lichter, den Beifall, die Freunde, die er in der Nacht unter einem cazalla getötet in der Taverne mit Taschengeld. Für den Zirkus ging von Degas, Renoir, Puvis de Chavannes und andere Künstler, die zogen ihre Brüste Apfel auf dem Korsett Malern debridiert.
    Marie-Clémentine wollte weiter gehen. Er liebte es, ein Trapezkünstler zu sein. Ein Tag, ohne sich an den Mast darauf vorbereitet, ergriff den Ring, und führen Sie einen Salto fiel in den Zirkus und war halb descalabrada. Er bald erholen und dann erzählte ihm ein Freund: «Mit wie schön du bist, warum gehst du nicht ein Model zu werden.» Sie präsentierten den Maler Puvis de Chavannes, eine symbolistische, die Nymphen, Apollos bemalt und blumig Minervas. Es wurde angenommen. Mittlerweile ist auch der junge zog, aber das war seine geheime Leidenschaft. Er ist das Lernen von anderen Malern, für die gegen die Eifersucht ihres Beschützers ruhte. Renoir hatte mit gewölbte Stirn, Trockner ihr Haar, tanzen mit geblümten Hut gemalt; Toulouse-Lautrec war sitzen, Hand am Kinn vor einer Flasche und ein Glas, bitter Mund, Augen trüben gezogen; Degas hatte verewigt binden den Schuh Ballett, aber alle von ihnen, die schwanger war? Es war selbstverständlich, dass Puvis de Chavannes, seine schützende Liebe, ein alter aller in Montmartre er verspottet wurde, weil das Mädchen, als sie gebar erst 16 Jahre alt. Der Vater könnte auch Renoir, ein sinnlicher Mann, der sehr sinnliche Frauen lackiert werden. Wer verantwortlich war, wiederholte sich die Geschichte. Ein unbekannter Vater hatte eine Schneiderin Limosin, die einen Maler Suzanne Valadon aufgerufen werden Bohrung imprägniert. Dies wiederum Maler, auch das Ergebnis einer unbekannten Geliebten, gebar ein Kind, das die Welt mit dem Namen Maurice Utrillo kennen. Es war am 26. Dezember 1883. «Eine schlechte Weihnachtsgeschenk ich an diesem Tag, um meine Mutter gemacht», sagte der Betrunkene Maler verlor 20 Jahre später.
    Zu ihren Liebhabern war Toulouse-Lautrec, die weiteren nahm. Er war ein Aristokrat und Behinderte; sie war schlecht, sinnlich und großzügig und bieten konnte nur seine Verzweiflung, aber beide böhmischen über alles liebte. Als er aus dem Sitzungsmodell der Rückkehr oder eine Pfanne mit Rotwein an der Posada del Clavo, wo er seinen Freund Erik Satie Klavier gespielt gesprüht, war das Mädchen vor der Haustür einen Blumenstrauß mit einer Notiz Lautrec » Okay, ein paar Gläser Vitriol. » Eines Tages des Künstlers Ölgemälde und Zeichnungen entdeckt, dass das Mädchen, durchgeführt in der Nacht heimlich. Er wurde von seiner Ausdruckskraft fasziniert, für ihren Realismus. Er zeigte sie Freunden. «Um zu sehen, wenn Sie wissen, wer sie sind?». Sie waren von diesem jungen Mädchen. Dann wollte Lautrec umbenennen. Ich könnte nie ein guter Maler Marie-Clémentine Berufung sein. Seit nackt für alte stellte, schlug er den Namen Suzanne. Nachdem mit Wermut zu taufen, inmitten einer großen Party, von nun an genannt werden Suzanne Valadon. In diesem betrunkenen Soiree besuchte sie einen stummen Kerl, der nicht von einer Ecke zu bewegen hat. Er trug ein Tuch unter den Arm und niemand geruht, mit ihm zu sprechen, verschwand er, ohne sich zu verabschieden. Es war Vincent van Gogh.
    Während Suzanne Valadon begann als Künstler zu bewundern, war sein Sohn Maurice noch ohne Namen Pflege und Großmutter war Alkoholiker und gewalttätig im Alter von zwölf. «Wölfe können nicht gebären Lämmer», dachte die Mutter. Zu dieser Zeit hatte Suzanne einen Liebhaber zu einem jungen Rechtsanwalt, reich, genannt Mussis, die sie gezwungen, eine bürgerliche Leben führen, aber er würde sich um das Kind als problematisch zu nehmen. Es war ein alter Bewunderer, Miguel Utrillo und Molins, ein spanischer Journalist, der Mitgefühl zugestimmt, seinen Namen zu dem Jungen zu geben, um zu sehen, ob es beruhigt und 27. Februar 1891 in der Halle des neunten Arrondissement von Paris in der Registrierung unterzeichnet Anerkennung der Vaterschaft, erleben einen Mitarbeiter und einen Kellner, der durch ging. Von diesem Moment an begann die Legende von Maurice Utrillo, der die Herrlichkeit und Qualen seiner Mutter wäre.
    Suzanne Valadon nicht ertragen, in einem Landhaus von Annehmlichkeiten in der Umgebung leben. Gab er bald seine Geldsäcke Liebhaber und kehrte in die böhmischen Montmartre mit Freunden. Brachte zwei Wolfshunde, war ein hungernden Katze den Weg, eine Ziege, auch in einem kleinen doe, die im letzten Moment hatte Fleischermesser, ausgenommen Waren, Gestelle, Gläser und Flaschen zu befinden hat festgestellt; mit all dem Ballast wurde in der Straße Cortot neu installiert. Dort malte Suzanne, während Oma kochte und ihr Sohn Maurice in die und aus der detox Zentren und langsam wurde ein Straßenkünstler, die Souvenirs von Montmartre von neugierigen im Austausch für eine Flasche Wein umgeben gemalt.
    Wenn Suzanne Valadon war schon eine etablierte Maler, einer Post-Impressionisten mit der Ästhetik der Nabis, brachte seinem Sohn einen jungen Freund zu Hause, auch ein Maler, ein gewisses Utter. Suzanne hat ihren Geliebten. Sie lebten zusammen in einem böhmischen turbulent, bis sie war in ihrem Blut umgab ihn eine atmen Atmosphäre. Im Jahr 1936 wurde sie noch empfangen Freunden an der Place du Tertre, um die Schreie der Liebe am Leben, aber langsam Ihr Leben ohne Utter, ohne seinen Sohn Maurice, der verschwunden war, nicht mehr sinnvoll. Ihre Freunde waren mit gebrochenen Schuhe, die weißen Locken zerzaust, und die Frage, ob er erinnerte sich an die alten Tage mit Lautrec, Renoir, Degas, Puvis de Chavannes Maler, antwortete sie: «Sie waren alle Idioten, aber es ist lustig, nie Ich halte an sie denken. » Suzanne Valadon starb an einer Gehirnblutung im Alter von 72, am 7. April 1938 in der Ambulanz, die in die Klinik gefahren. Das Trapez Mädchen hatte den dreifachen Salto gegeben sein, ein berühmter Maler mit Preisen Millionäre, die Geburt eines Genies und die beiden verbringen zusammen die Geschichte.
    Quelle: Manuel Vicent. elpais.com

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